El lanzamiento sorpresa de GNX, el sexto álbum de estudio de Kendrick Lamar, ha reconfigurado el panorama del rap una vez más. Con un enfoque más ligero y accesible que sus trabajos anteriores, este disco se aleja de las profundas temáticas y narrativas de Mr. Morale & The Big Steppers y To Pimp A Butterfly.
En lugar de esto, GNX abraza la influencia west coast con un estilo orientado al club, a la vez que deja una impresión clara: Kendrick también sabe divertirse.
Sonido fresco y relajado, sin perder sustancia
Desde la primera escucha, GNX se siente como uno de los proyectos más directos de Kendrick hasta la fecha.
Temas como «Reincarnated», «Heart Pt. 6», y «Gloria» mantienen un nivel lírico impecable, en el que se exploran reflexiones personales sobre la independencia artística y los desafíos de su carrera, especialmente su separación de TDE y la consolidación de pgLang.
El álbum parece responder a la aceptación masiva de canciones como «Not Like Us», al adaptar un enfoque más amigable con el público, un punto alto de GNX, pero conservando la esencia introspectiva que siempre ha definido a Kendrick.
Un Kendrick Lamar más divertido y accesible
Gran parte del álbum está anclado en el sonido hyphy característico de la west coast, con la notable influencia de Mustard en las producciones más bailables. Además, la colaboración con Jack Antonoff añade un toque de sofisticación, con arreglos orquestales y sintetizadores que aportan frescura a temas como «TV Off», sin desviarse de la base hip-hop.
Aunque GNX no alcanza el nivel de complejidad conceptual de Good Kid, M.A.A.D City o To Pimp A Butterfly, su enfoque deliberadamente más simple lo convierte en un disco más versátil. Es el tipo de álbum que puedes poner mientras te relajas con amigos, algo que no ocurre con los discos más densos y cargados de significado de Kendrick.
Canciones como «Wacced Out Murals» ofrecen destellos de su crítica social, mientras que los himnos pegajosos invitan al oyente a desconectar y disfrutar. Aunque quizás no se convierta en su mejor álbum, es probable que este sea uno de los que más tiempo pase en las playlists de sus fanáticos.
Conclusión: diversión con propósito
Con solo una escucha completa, GNX se presenta como un giro audaz hacia lo accesible. Aunque no supera la narrativa compleja de trabajos previos, la intención aquí parece ser distinta: ofrecer un disco disfrutable que, a pesar de su sencillez, no escatima en calidad lírica ni producción.
Es un testimonio de la capacidad de Kendrick Lamar para reinventarse constantemente mientras mantienen su relevancia cultural y artística. Con GNX, Lamar demuestra que incluso los artistas más introspectivos pueden encontrar espacio para la diversión, bajo el simple placer de disfrutar buena música.