Black History Month y el legado histórico de la música afro

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El Mes de la Historia Negra o Black History Month en inglés, es una observación, celebración y reivindicación a nivel global durante el mes de octubre, cuyo propósito es reconocer y conmemorar las contribuciones de la comunidad afrodescendiente a lo largo de la historia.

Su origen tiene lugar gracias a su inventor, el historiador afroamericano Carter G. Woodson en Estados Unidos en 1926. Pero, con el tiempo, se fue expandiendo por la diáspora africana alrededor del mundo, es decir, por aquellas comunidades y personas de descendencia proveniente del África negra.

Cada país celebra el Black History Month con diversos tipos de eventos, en los que se destacan los festivales, presentaciones y eventos de áreas como la literatura, política, deportes, y, especialmente, la música, pues esta ha sido una herramienta vital para la comunidad afroamericana. 

En este contexto, se explora cómo la música ha servido como medio para preservar la cultura, expresar resiliencia, y fortalecer la identidad colectiva. Desde los cánticos en tiempos de esclavitud hasta las canciones de protesta, la música ha sido clave en el legado cultural de la comunidad afrodescendiente.

Origen de la música afroamericana

La música afroamericana tiene sus raíces en los cánticos y spirituals de los esclavos africanos en América, sentando las bases para géneros icónicos como el blues y el jazz.

Los “spirituals” eran canciones de temática religiosa que servían como método de comunicación entre esclavos y una forma de resistencia emocional y espiritual. Con letras que reflejaban temas de libertad y esperanza, ayudaron a sobrellevar las duras condiciones de la época.

El blues nació en el sur de los EE. UU. como una expresión emocional de los afroamericanos sobre sus experiencias de vida, mientras que el jazz, desarrollado en Nueva Orleans, permitió a la comunidad afrodescendiente innovar y experimentar en el ámbito musical. Ambos géneros abrieron camino a otros estilos y dieron una voz única a la comunidad afroamericana.

Expansión y diversificación: R&B, soul y funk

En los años 50 y 60, la música afroamericana continuó evolucionando y diversificándose con géneros como el R&B, soul y funk, que introdujeron un estilo más melódico y optimista a la vez que servían de himno cultural y expresión de identidad.

Artistas como Ray Charles, Aretha Franklin, y Sam Cooke lideraron una nueva ola de sonido que no solo dominaba las listas, sino que también celebraba la identidad afroamericana y la resiliencia. Canciones de soul como “A Change Is Gonna Come” de Sam Cooke se convirtieron en himnos para los derechos civiles.

Hip-hop y rap: La voz de una generación

Desde los años 70, el hip-hop y el rap se consolidaron como plataformas de expresión para la juventud afroamericana y han continuado como el género dominante de la música popular global.

El hip-hop comenzó en los barrios del Bronx como una forma de arte integral que combinaba DJing, MCing, breakdance y grafiti. Artistas como Grandmaster Flash y DJ Kool Herc usaron el género para documentar y denunciar la vida en comunidades marginalizadas.

Desde los años 80 y 90, el hip-hop ha sido una herramienta de crítica social, que ha abordado temas como el abuso policial, el racismo y las desigualdades. Figuras como Public Enemy y 2Pac usaron el rap para empoderar y representar a su comunidad y marcar así a una generación.

Los 2000: El Auge del R&B Contemporáneo y la Expansión de la Música Urbana

Durante los años 90 y 2000, el R&B evolucionó y ganó una popularidad sin precedentes, con artistas y grupos que moldearon el sonido y llevaron el género a nuevas audiencias globales. 

Destiny’s Child se destacó especialmente, pues se convirtió en uno de los grupos vocales femeninos con mayores ventas de todos los tiempos. A medida que avanzaban los años 2000, el R&B comenzó a inclinarse más hacia los artistas solistas como Usher y Alicia Keys.

En esta época, la línea entre el R&B y el hip-hop se difuminó, gracias a la influencia de productores innovadores como Timbaland y Lil Jon. Esta fusión impulsó la creación de un sonido único, en el que colaboraciones entre artistas de ambos géneros resultaron en éxitos que dominaron las listas. Nelly y André 3000, quien junto a Big Boi formaba el dúo Outkast, fueron figuras clave en la expansión de esta mezcla de estilos.

El afrobeat y su impacto a nivel global

El afrobeat nació en Nigeria en los años 70, liderado por Fela Kuti, quien combinó elementos de la música africana tradicional, jazz y funk con letras cargadas de crítica política. Esta mezcla creó un género no solo musicalmente innovador, sino también comprometido con la justicia social.

El afrobeat ha trascendido fronteras y ha conseguido integrarse en géneros como el pop y el hip-hop, lo que ha aumentado la visibilidad de la cultura africana en la música global.

Hoy en día, artistas como Burna Boy, Wizkid, Tems, Rema o Tyla han elevado el afrobeat a un fenómeno mundial, con premios internacionales y un reconocimiento y auge globales.

Un legado para la eternidad

La música afro ha dejado una huella profunda en la historia cultural mundial, al contribuir a la identidad y resiliencia de la comunidad afrodescendiente y enriqueciendo la cultura musical global.

Géneros como el Hip Hop o el Jazz no solo son reconocidos por su calidad artística, sino también como reflejo de la lucha, el orgullo y la herencia afrodescendiente.

Jorge Prieto Toro
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