REVIEW: Sincerely,. Kali Uchis nos trae un álbum que no busca la atención que se merece

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4.5 out of 5.0 stars

Tras la exuberancia tropical de Orquídeas, Kali Uchis vuelve al inglés con un disco que renuncia al artificio, baja el volumen y se adentra en una etapa más introspectiva, guiada por la maternidad, el duelo y una búsqueda de estabilidad emocional que atraviesa cada una de las catorce canciones.

Una propuesta sin distracciones

Sincerely, se presenta como un proyecto sin colaboraciones, sin guiños al algoritmo y sin intención de sonar en TikTok. Es un álbum construido con una delicadeza casi artesanal, donde todo —desde la portada hasta los títulos de las canciones— transmite contención, pausa y una decisión firme: la de no impresionar, sino acompañar.

La apertura con “Heaven is a Home…” marca ese tono sereno y envolvente que atraviesa todo el disco. Los sintetizadores suaves, las guitarras difusas y la voz de Kali flotando en un espacio íntimo componen una experiencia casi onírica. La producción mantiene un hilo conductor minimalista y cálido, donde lo emocional siempre está al frente, incluso por encima de lo melódico.

La vulnerabilidad como narrativa principal

Lejos del dramatismo o el exhibicionismo sentimental, Sincerely, apuesta por una vulnerabilidad contenida. Hay dolor, sí, pero también aceptación. Temas como “Sunshine & Rain…” y “ILYSMIH” no explotan, sino que susurran. La tristeza aparece no como ruptura, sino como transición. La maternidad y el amor se sienten más como refugios que como motores narrativos.

Esa decisión de mantener una sola energía a lo largo del disco puede ser poderosa para quien esté en sintonía emocional, pero también representa un riesgo: hay canciones que se pierden en la uniformidad. “Silk Lingerie,” y “Territorial”, por ejemplo, se deslizan sin dejar una huella clara, como si formaran parte de una misma bruma sonora.

Momentos de luz entre la neblina

En medio de esa suavidad persistente, hay pequeñas rupturas que funcionan como respiros. “Lose My Cool,” introduce una estructura más definida y una tensión sutil que recuerda a las primeras exploraciones soul de Kali. “All I Can Say” y “Daggers!” aportan algo más de textura y carácter, sin romper del todo con el tono general, pero ayudando a sostener la escucha.

La ausencia de colaboraciones refuerza la idea de un álbum profundamente personal, pero también limita las posibilidades de contraste vocal o estilístico. La voz de Kali es cálida y evocadora, pero en un disco tan homogéneo, un segundo timbre o una presencia externa habrían aportado el equilibrio necesario.

Un álbum que no pide atención, la merece

Sincerely, no pretende ser un statement ni un comeback explosivo. Es más bien una carta abierta en clave baja, un diario emocional musicalizado con honestidad y sin pretensiones. No está diseñado para las playlists más ruidosas ni para las pistas de baile, sino para momentos de recogimiento, de autoescucha y de descanso.

Puede que no tenga el impacto inmediato de sus discos anteriores, pero eso no significa que pase desapercibido. Sincerely,es un trabajo sólido, coherente y honesto, que encuentra su fuerza en la suavidad. Un disco que no pide atención, pero la merece.

Michaels Mads
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