Tras el impresionante set inspirado en un jardín zen para la pasada presentación, Karl Lagerfeld toma la dirección contraria y renuncia al espectáculo, volviendo a una pasarela que bien recuerda a las maisons en las que, bajo el mandato de Coco, la firma exponía sus diseños. Blanco en los suelos y paredes de la pasarela y blanco también en los diseños, esta vez mediante el binomio “black and white” que tanto caracteriza a la marca. Muchos guiños al pasado en esta nueva colección que reinterpreta el look Jackie Kennedy, el mítico collar de perlas blancas y que toma tintes ecuestres que podemos ver en las botas de caña alta. Rosas y azules completan una colección que también se caracteriza por prendas muy estructuradas y chaquetas con estampado tweed. Un front row plagado de estrellas (Pharrelll, Karen Elson, la familia Smith…) vio como desfilaban las hermanas Hadid, Mayka Merino o Kendall Jenner con una colección que marca el regreso de Chanel a la imagen que esta marca ha grabado en el imaginario colectivo. París en estado puro.