REVIEW: Vie. Doja Cat y el dilema de un pop demasiado blanco

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2.5 out of 5.0 stars

Doja Cat siempre se ha movido entre la provocación y el pop más mainstream. Tras el caos de Scarlet y el impacto global de Planet Her, su nuevo álbum Vie prometía un salto atrevido. Lo que encontramos, sin embargo, es un proyecto pulido, coherente en estética, pero que se queda corto en mordida y riesgo.

La huella de Jack Antonoff

El sonido ochentero atraviesa todo el disco: saxos, sintetizadores, atmósferas brillantes. La mano de Jack Antonoff es evidente, y ahí surge el dilema. Su producción funciona, sí, pero también blanquea la propuesta de Doja. Ese filo incómodo y divertido, entre lo vulgar y lo brillante, queda sepultado bajo un pop demasiado blanco, demasiado seguro, demasiado “playlist global”.

Lo que todavía funciona

No todo se pierde. AAAHH MEN! engancha con su guiño kitsch y energía desbordante. Take Me Dancing, con SZA, es uno de los momentos más frescos y magnéticos del disco. Y Come Back muestra un lado vulnerable que podría haber marcado un camino mucho más interesante si se hubiera explotado.

Repetición y falta de riesgo

El gran problema de Vie es su previsibilidad. Muchas canciones siguen la misma fórmula de “canto-rap-coro” y la voz de Doja queda a veces enterrada bajo capas de producción. La sensación final es la de un disco disfrutable de fondo, pero olvidable en el largo plazo.

Conclusión: un álbum que acaricia más que muerde

Mientras la crítica internacional lo celebra como un homenaje sofisticado a los 80, desde aquí sentimos que Vie juega demasiado a lo seguro. Doja Cat puede ser peligrosa, divertida y absolutamente disruptiva. Aquí, en cambio, se conforma con ser agradable.

Michaels Mads
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