La Zowi pone el coño sobre la mesa (literalmente) con un reggaeton de los que mojan

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La Zowi sigue facturando desde el penthouse. No hay tregua ni descanso entre cada uno de sus últimos lanzamientos. Tras “Lunytunes” y collabs como “sukkKK!!” y “TRAP STAR”, la artista vuelve con “THOR”. Un beat seco que martillea y barras que entran limpias como un bisturí.

El tema está producido por el puertorriqueño Botlok, uno de los nombres más sonados del panorama urbano actual. Conocido por temas como “Medusa” (Jhayco ft. J Balvin y Anuel AA) o “Como Se Siente Remix” (Jhayco ft. Bad Bunny), Botlok se ha convertido en uno de los productores más buscados por artistas que quieren romper fronteras. Con “THOR”, la Zowi da un salto hacia su proyección en el mercado global, marcando un punto de inflexión en su carrera. 

LA LETRA Y EL SEXO SON PURO HARDCORE 

La Zowi proyecta la hipersexualidad desde el control total de su cuerpo y su imagen. Lo fetichiza y lo explota para su propio placer. Le gusta que le den, que la agarren por el pelo mientras le tiran dinero. Pero no hay sumisión. Es ella quien marca el ritmo. Decide cuándo, cuánto y cómo. El dinero y el sexo van de la mano. Ambos están ligados por la lucha de poder. Y ella lo maneja como el Versace que lleva como segunda piel.

El sexo, la religión y la ley también chocan. La frase inicial del tema ya nos adelanta una resistencia a la autoridad. Si andar con él es ilegal, ella asume las consecuencias. El martillo como Thor no es un mero fetiche o una preferencia sexual, es un símbolo de fuerza y destrucción. Cuando dice que lo “sube al Edén”, lo eleva hasta donde ella quiere. Lo pone a su nivel. 

La relación con él es puramente carnal pero con las suyas es otra cosa. Cuando entra al club con sus putas deja claro que no está sola. Pero no porque se acompañen sino porque se apoyan. No se utilizan, se cuidan entre ellas. 

LA ESTÉTICA VISUAL ES EXPLÍCITA, ANATÓMICA Y SENSUAL 

“THOR” es una producción de Bronze Studio. El videoclip está dirigido por Esther Boyarizo, encargada de otros clipscomo el de “MATRIX” o “Bitch Feka”, junto a Anna Hope. En este tema todo es más conceptual. Una mesa metálica de quirófano. Jeringuillas, fresas y joyas. El lujo y la tensión se filtran a través de lo corporal. De lo que se enseña y se disecciona. Y la frialdad se mezcla con lo erótico. 

En una de las escenas, la Zowi aparece abierta de piernas. Los médicos no sólo la examinan sino que le prueban accesorios de lujo. Quizás porque como ya dijo en “High”, uno de sus primeros temas, quiere una cadena que le llegue al toto. Pero la cosa no queda ahí. Los médicos la rodean y le cortan un trozo de carne como si fuera una tarta. Un pedazo que luego se reparten y que ella también prueba. La Zowi no solo se apropia de su cuerpo. Lo ofrece, lo transforma y lo consume. 

LA ZOWI NO ES SOLO LA PACIENTE EN ESTA INTERVENCIÓN. ES QUIEN PARTE EL PASTEL CON FORMA DE CULO Y LA QUE LO DEVORA

No se trata de complacer al otro. Es el placer de tener el control absoluto. Es poder, sátira y dominio. Esto es recurrente en el imaginario de la artista: la apropiación de tu propio cuerpo y la sexualidad como un acto de empoderamiento femenino. 

¿Pero dónde acaba el poder sobre tu cuerpo y empieza lo que te han enseñado que debes desear? ¿Existe el control real cuando las reglas las pone la cirugía estética, la pornografía y la autoexposición?¿Y si el empoderamiento que creemos tener es solo una ilusión bien maquillada por el mismo sistema?

La Zowi lo deja claro. Se trata de rediseñarte y redefinirte bajo tus propios códigos. De recuperar el control y darle a tu cuerpo el significado que tú quieras. De transformar tu piel en un arma. Ya sea para romper estereotipos o para seducir. O simplemente para existir. Porque existir con tu verdad es la forma más radical de recuperar el control. El poder deja de ser algo externo para convertirse en algo que te pertenece. 

LA ZOWI NO BAJA EL RITMO. SUBE EL NIVEL Y LA TEMPERATURA 

La Zowi no ha cambiado, pero sí ha evolucionado. Y eso se nota. Cada movimiento, plano y outfit está calculado con una precisión quirúrgica. Sabe exactamente cómo moverse. Y eso te lo da la experiencia. También el reinventarte constantemente y el experimentar con todas tus versiones. La Zowi sigue subiendo el nivel manteniéndose fiel a su esencia, pero desde otro lugar. De una forma más pulida y sofisticada. Pero sin ablandarse. 

Tras sacar tema tras tema sin descanso, la pregunta que todos nos hacemos es cuándo saldrá su próximo disco y cuál será el concepto que lo defina. 

Aina Martín Merino
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