El fanatismo es algo que lleva existiendo desde la Antigua Roma y la adoración por los gladiadores. Sin embargo, con el aumento de canales de comunicación y la ilusión de contacto directo con los artistas, el cariño se convierte en obsesión. Cuando un cantante es cada vez más popular, suele construirse un sector bastante tóxico en su fandom, llegando a perjudicar su imagen. Ataques online, campañas de sabotaje hacia otros artistas, stalkeo, acoso o amenazas con fotos de perfil de la gente que admiran son comportamientos que caracterizan a estas personas. Desde Taylor Swift a Rosalía, o incluso Operación Triunfo, todos tienen detrás fans tóxicos que se pasan más de una vez.
Relaciones Parasociales
Para poder entender que es lo que lleva a un fan a convertirse en tóxico, hay que tener en cuenta cómo funcionan las relaciones parasociales. Estas surgen sin la necesidad de interacciones directas con la figura pública, que desconoce en la mayoría de casos la existencia del admirador y simplemente lo ve como un ingreso. No obstante las relaciones parasociales pueden ser relativamente sanas, ya que son las responsables de que te emociones cuando tu artista favorito gana un premio o viceversa. Por otro lado, estas pueden perjudicar la salud mental de los fans al invertir constantemente energía emocional, interés, tiempo y dinero en alguien que ni sabe que existen.
Son muy beneficiosas para las discográficas, las cuales se aprovechan del fan y los lazos afectivos que tienen para vender cualquier producto, concierto, merch… Al fin y al cabo son necesarias para que los artistas sigan teniendo un capital con el cual vivir a través del arte.
Asesinatos por fanatismo
Ha habido varios casos de este tipo a lo largo de la historia, como el de John Lennon, pero uno curioso es el de Selena Quintanilla. Su asesina fue Yolanda Zaldívar, presidente de su club de fans, en la que la cantante deposita demasiada confianza. La nombró administradora de su tienda de ropa porque la llegó a considerar una de sus mejores amigas.Tras quejas de fans porque no les llegaban los pedidos, y que la familia de Selena detectó movimientos sospechosos en sus cuentas, Yolanda mató a Selena en la habitación de su hotel por miedo a ser despedida. Se rumorea que ocurrió tras una acalorada discusión entre las dos. Actualmente, a pesar de que siempre sostuvo que fue accidental, Zaldívar cumple cadena perpetua.
La industria del KPOP y los ARMY de BTS
La industria del KPOP es muy invasiva con sus artistas ya de por sí. En internet es fácil encontrar fotos o videos de casi cualquier “idol” comiendo, jugando, ensayando o hasta durmiendo, y por lo general es contenido oficial o autorizado por la empresa a la que pertenecen. La intención detrás de ese contenido es establecer relaciones parasociales y que como fan sientas que son tus amigos personales. Cuando se filtró la relación de Karina, una idol, tuvo que escribir una carta pidiendo perdón a sus seguidores por tener pareja. También es muy alarmante el alto número de “sasaengs” (acosadores) dentro de la industria.
El fandom de BTS, el ARMY, defiende a capa y espada a esta banda de lo que sea. Los idolatran de una manera extrema y han llegado a hacer cosas cuestionables por una mínima provocación hacia sus ídolos, los cuales se venden como si fueran sus novios por parte de su sello. Amenazas de muerte a fans y artistas, doxing a personas que simplemente decían que no les gustaba la música o mostraban desinterés, peleas constantes con otros fandoms, campañas de sabotaje para poder colocar al grupo en el número 1…
Las Swifties
Sin duda un grupo de fans muy problemáticos. Al ser Taylor Swift una celebridad tan famosa, es normal atraerlos. Sobre todo los vemos en redes sociales como Twitter, donde cada comentario relativamente negativo o incluso neutro genera miles de respuestas con fines de “cancelar” a la persona o artista, amenazas de muerte o doxing. En estas nuevas dinámicas que se generan en Internet, parece que ya no vale que su artista favorita sea buena, sino que tiene que ser mejor que otro. Y es precisamente por esa mentalidad que las swifties se ven muy involucradas en peleas entre otros fandoms o hacia otros artistas que se acercan a destronar a Taylor de una manera u otra. Evidentemente, este nivel de obsesión le viene bien a Taylor monetariamente, pero sufre también por parte de fans tóxicos que se convierten en stalkers.
Las Barbz y cualquier rapera que no sea Nicki Minaj
Cuando a Nicki Minaj le dio un brote psicótico después de que Megan Thee Stallion le dedicase una barra a su marido, acusado de violar a una menor, Nicki no tardó nada en movilizar a sus fans contra la rapera. Sacó una “canción” llamada “Big Foot”, llena de tiraderas sin sentido y ataques personales machistas a Megan. En Twitter empezó a dar like y RT a tuits con insultos personales hacia Megan y su familia hechos por sus fans, alimentando y provocando el odio. Esto resultó en los Barbz filtrando la tumba en la que se encuentra la madre fallecida de Megan. Por esto tuvieron que tomar medidas de seguridad en el cementerio para asegurar que no pasase nada. Todos los comentarios estaban llenos de actitudes misóginas, insultando a Megan físicamente y apoyando a Tory Lanez, el hombre que le disparó en el pie. No es la primera vez que Nicki moviliza a sus fans en contra de otra rapera femenina que no le caiga bien, ya que ha pasado lo mismo con Cardi B, Latto e incluso ahora Ice Spice.
Operación Triunfo
Este 2023 comenzó, por suerte o por desgracia, una nueva edición de Operación Triunfo. Twitter se inundó con comentarios sobre el formato, la mayoría con una fijación poco sana hacia los participantes. Todo esto ha derivado en odio, deshumanización, fanatismo extremo, e incluso fans acosando a los concursantes en sus propios pueblos o hackeando sus cuentas privadas. Es preocupante la cantidad de personas que creen conocer la vida de sus ídolos, cuando son personas normales a las que nunca han conocido realmente. Todo esto para terminar olvidando a la gran mayoría días después de su paso por el programa.
Karol G vs. Rosalia
Durante años, se le ha acusado a Karol G de copiar a la artista española Rosalía en absolutamente todo lo que hace. Aunque muchas veces las comparaciones son bastante sin sentido, hay alguna otra que no parece casualidad. Aun así, esto termina alimentando la rivalidad entre mujeres en la industria de la música, algo que aburre bastante y que habría que dejar de lado. Para algo tenemos a artistas hombres como JC Reyes o Omar Montes, a quienes podemos criticar tranquilamente usando cualquier vídeo de sus conciertos.
Katy Cats vs Animals
Por último, recientemente hemos sido testigos del intento de regreso de Katy Perry, que sin duda ha fracasado bastante, en cuanto a lo que se esperaba de ella. Sin embargo, al mismo tiempo, también ha habido un mini resurgimiento de nuestra chica del pop y2k favorita, Kesha, que llevaba un tiempo desaparecida del ojo público debido a la situación con el productor, que supuestamente la violó, Dr. Luke. Se reveló que Katy había trabajado con él para su nuevo álbum, y en concreto para el primer single, “Woman’s World”, lo que le pareció bastante irónico a la gente y sobre todo a Kesha. Trabajar en una canción de empoderamiento femenino con un supuesto violador es bastante cuestionable. Kesha luego sacó su single “JOYRIDE” que sobrepasó expectaciones y genero bastante ruido y reproducciones a lo que los KatyCats respondieron intentando sabotearla, defendiendo a Katy y a Dr. Luke, y atacando a Kesha llamándola mentirosa, amenazándola y en varias ocasiones bromeando con el acoso sexual y la violación.
El peligro de idolatrar a famosos en redes sociales
Se podrían poner mil ejemplos más alrededor del mundo de fandoms tóxicos, ya que no son algo nuevo, sino algo que se ha facilitado con la tecnología. Es importante no dejarse llevar por las redes sociales y por las relaciones parasociales que se puedan crear entre uno y su artista o grupo favorito. Hay que tener autocrítica y reconocer que nadie hace todo bien. No hay problema en que a ti o a otra persona no le guste tu artista favorito o lo que haga. Sobre todo, no merece la pena malgastar el tiempo metiéndose en peleas por internet con desconocidos amenazandolos o acusándolos, realmente no es tan serio.