#DISCOVER: Kid Mount, entre el perreo e o desamor, sin filtro e sen tradución.

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La música urbana en gallego todavía se está escribiendo. Existen nombres, propuestas, intentos. Pero pocos artistas han logrado moldear una identidad tan sólida, tan coherente y a la vez tan emocionalmente arriesgada como Kid Mount. Nacido en Xinzo de Limia y residente en Santiago de Compostela, este joven artista lleva varios años perfilando un sonido que escapa de las etiquetas, pero que solo puede entenderse en gallego. No como pose ni como bandera, sino como materia prima creativa.

Desde su primer álbum Ben Mal —producido de forma independiente con apenas 18 años— hasta este nuevo EP titulado NeoAmor, la carrera de Kid Mount ha sido una búsqueda constante: de lenguaje, de intensidad, de verdad emocional. Y lo ha hecho sin dejar de sonar a club, a calle, a noche, a piel.

NeoAmor: reggaetón, funk y pulsión afectiva

Con NeoAmor, publicado en mayo de 2025, Kid Mount da un paso adelante. El EP reúne siete canciones que orbitan en torno a una misma idea: el amor no como relato idealizado, sino como experiencia física, contradictoria, impulsiva. Un amor que a veces destruye y a veces sostiene. Que se baila, que se llora, que se convierte en texto sonoro.

Musicalmente, el trabajo es una mezcla de neoperreo, reggaetón experimental y funk brasileño, con producción de Chris Indian y colaboraciones destacadas como C Mirazo o Willow GHZ. La propuesta sonora es nítida pero inestable, llena de texturas, cambios de ritmo, silencios estratégicos y efectos que invitan a soltar el control.

Canciones que construyen una narrativa

Cada tema funciona como una pieza autónoma, pero también como parte de una narrativa emocional:

  • “Adicto” abre el EP con una letra que describe el enganche a una relación que arrasa.
  • “Como un Can”, segundo tema y uno de los adelantos, es una celebración del deseo físico sin culpa ni censura.
  • “Po’Caralho” y “Brinca” se centran en la intensidad sexual, el cuerpo como espacio de placer y conflicto.
  • En el otro extremo, “Meu Amor”“666999” y “Sao Paulo” muestran una visión más reflexiva del amor: la permanencia, el cuidado, la decisión de quedarse.

El conjunto funciona como un diario emocional cantado con rabia, con ternura, con ironía y con una honestidad poco habitual en la escena.

Galicia como escenario emocional

Aunque su música podría sonar en cualquier ciudad del mundo, hay algo profundamente local en Kid Mount. No oculta su procedencia, ni en el idioma ni en los referentes ni en la forma de narrar. Canta a través de su acento, de sus experiencias en Santiago o Xinzo, y convierte esos espacios en territorios simbólicos donde se juega el amor, la identidad y el deseo.

Además, su propuesta estética —tanto en videoclips como en redes— se aleja del estereotipo urbano al uso. Hay crudeza, pero también melancolía. Hay una clara voluntad de romper con lo masculino normativo sin necesidad de pronunciar discursos. Todo está en cómo se mueve, cómo canta, cómo mira a cámara.

Una escena que aún se está inventando

Kid Mount no solo es un nombre propio. Es también un síntoma de algo que está ocurriendo en Galicia: una nueva escena urbana que experimenta con géneros globales pero se expresa desde lo local, sin complejos. Una escena que elige el gallego no como trinchera, sino como espacio para lo nuevo. Que baila sin pedir permiso. Que habla de amor, sexo, rabia y ternura sin necesidad de traducirse.

Foto promocional de Kid Mount

Con más de 200.000 reproducciones acumuladas, una base de oyentes sólida y una gira en marcha por Galicia, Kid Mount no busca validación. Solo escucha su corazón —aunque a veces esté roto— y lo convierte en ritmo.

Apostar por el idioma también es una decisión estética

En MADSHION creemos que el idioma no es una barrera, sino una herramienta de expresión. Lo demostramos cuando escribimos sobre artistas que cantan en inglés, lo celebramos cuando lo hacen en francés, y lo reivindicamos con fuerza cuando eligen el gallego, el catalán o el euskera. Porque cada lengua trae consigo un ritmo, una forma de contar, una mirada distinta.

Esta semana lo hacemos con Kid Mount y NeoAmor. Este viernes será (spoiler) MAIG, desde Catalunya, quien tome el micro. Distintas escenas, mismos códigos: talento, actitud y una forma propia de sonar. Porque si algo está claro es que lo real no necesita traducción. Solo escucha.

Michaels Mads
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