¿Desde cuándo escuchar un disco con fans cuesta 30 euros? ¿Y por qué solo las chicas pueden entrar gratis? Estas son algunas de las preguntas que nos plantea la listening party de Saiko este 19 de junio en Fitz Club Madrid, según su perfil en la plataforma Fourvenues, donde se ha promocionado el evento con una mezcla explosiva de elitismo y sexismo de manual.

Entre los detalles del evento se menciona que las entradas anticipadas cuestan entre 20 € y 70 €, según la consumición o la zona elegida. Además, existen mesas VIP que empiezan desde los 300 €. Pero lo más llamativo —y lo más preocupante— es que también se ofrece una “lista gratuita exclusiva para chicas”, válida hasta la 01:00 h. Por supuesto, esa entrada sin coste está “sujeta a aforo” y “con prioridad para las personas que hayan pagado entrada”, lo cual plantea un dilema: ¿qué tipo de público quieren atraer y a cambio de qué?

Entrada gratis solo para chicas: sexismo disfrazado de estrategia comercial

En pleno 2025, seguimos viendo cómo el ocio nocturno de Madrid recurre a estrategias que, más allá de desfasadas, son abiertamente machistas. Este tipo de “listas VIP para mujeres” convierte sus cuerpos en reclamo publicitario, en moneda de cambio para atraer a hombres que sí pagan. Es una práctica que no solo perpetúa estereotipos, sino que podría ser considerada ilegal, al vulnerar leyes de igualdad como la Ley 4/2005 de la Comunidad de Madrid o incluso el propio artículo 14 de la Constitución Española.

Aunque este tipo de listas no son nuevas, sorprende que un artista como Saiko, con una fanbase joven y predominantemente femenina, avale o permita que su nombre se vincule a este modelo. Puede que no lo organice directamente, pero la falta de posicionamiento también es una elección. En lugar de ofrecer una experiencia real con sus seguidores, se opta por convertir la escucha de un disco en un producto exclusivo y excluyente, más pensado para generar ingresos rápidos que para crear comunidad.

Escuchar música como lujo: el elitismo de las listening parties

El formato de listening party —que tradicionalmente ha sido un momento íntimo y de conexión emocional entre artista y público— se está transformando en un producto elitista, donde se paga más por el entorno que por la música (ya vimos el caso Aitana o Duki,…). ¿Tiene sentido cobrar por escuchar algo que saldrá al día siguiente en Spotify? ¿Dónde queda la idea de compartir arte si lo que se prioriza es quién puede permitirse pagarlo?

Este modelo de evento no solo aleja a quienes no pueden acceder económicamente, sino que también pervierte el sentido original de la cultura fan, que se basa en la cercanía, la emoción compartida y la comunidad, no en el filtro de una lista VIP o una botella de Moët.

¿Quién es responsable de este modelo?

Sabemos que esta información se ha publicado a través de Fourvenues, la plataforma oficial de Fitz Club, tal y como ha confirmado su propio personal. Esto implica que la promoción del evento, así como las condiciones de acceso y precios, son responsabilidad directa del local. El evento sucede en esa sala, con el nombre de Saiko como principal reclamo, y hasta ahora nadie ha desmentido ni corregido públicamente las condiciones anunciadas.

En MADSHION creemos que la música no puede convertirse en una excusa para blanquear prácticas machistas ni para reforzar barreras de clase. Si se habla tanto de que la música une, toca empezar a demostrarlo también en cómo se organizan los eventos.

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Michaels Mads

Editor Jefe en Madshion

Fanático de la fotografía y la música me fui sumergiendo en distintos géneros musicales para poder hablaros de ellos desde mi punto de vista y con la mayor objetividad posible

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