La subida, la pulsera, el polvo en las Samba: Bilbao se transforma (otra vez) para el BBK Live 2025

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Bilbao ya está en modo festival. Porque cuando llega el BBK Live, no es solo que suenen temazos en Kobetamendi: la ciudad entera se adapta, se dobla, se prepara. Calles cortadas, autobuses lanzadera cada diez minutos, gente con mochilas a las 12 del mediodía y un objetivo claro: llegar arriba. Con pulsera, claro. Sin ella, ni lo intentes.

El BBK Live 2025 vuelve del 10 al 12 de julio con más de 100 artistas, seis escenarios y una propuesta que, más allá de lo musical, habla de logística, comunidad y cierto ritual colectivo. El Ayuntamiento de Bilbao y la organización lo tienen claro: este festival no es solo un evento, es una pequeña ciudad temporal con normas propias.

Pulseras que lo controlan todo (sí, todo)

Olvídate del papel: este año, como en los anteriores, el acceso, los pagos y hasta tu karma festivalero pasan por una pulsera inteligente. Solo se pueden recoger antes de subir, en puntos como San Mamés o el BEC!, y sin ella no hay bus, ni cash, ni cerveza. Literalmente.

Además, todo es cashless: comida, bebida, merch… todo se paga con la pulsera, que se recarga online o en los puntos del recinto. Las devoluciones del saldo son automáticas si la recargaste por web. Por si aún lo dudabas: la pulsera es tu pasaporte al BBK.

Autobuses, cuestas y txarangas: cómo se llega al BBK Live

Subir a Kobetamendi es parte del juego. Puedes hacerlo en lanzadera desde el BEC! o San Mamés, con servicios gratuitos 24h para campistas y asistentes. También existe un bus de pago con reserva previa (3,5€) para la subida desde Felipe Serrate o el BEC!.

Pero si te va el mood festival auténtico, la subida a pie es una experiencia en sí misma. Kobetamendi Irteera vuelve con su recorrido de 2,5 km, animado por una txaranga y vibes sostenibles. No hay mejor forma de empezar el festival que sudando un poco entre risas y zapatillas llenas de polvo.

Limpieza, control y sostenibilidad (sin perder el mood)

Detrás del desenfreno hay casi 50 personas limpiando a diario, 555 contenedores, baldeadoras mojando el suelo para que no tragues polvo, y un operativo sanitario y de seguridad de los que no se ven, pero se agradecen.

Hay un camping equipado, zonas PMR, autobuses adaptados, espacio para descansar y un operativo coordinado entre la Ertzaintza, Policía Municipal y servicios sanitarios. Porque sí, BBK es fiesta, pero también organización nivel festival europeo.

Lo que no se ve: la ciudad que vibra sin sonar

Más allá de los escenarios, Bilbao respira BBK: en los bares que suenan a previas, en los taxis que no paran, en los balcones desde donde se ven las luces arriba en la colina. Es una especie de coreografía que se repite cada julio y que convierte a la ciudad en un espacio común.

Es la emoción de cruzarte con alguien con la misma pulsera que tú. Es ver a un grupo con tiendas de Decathlon en modo expedición. Es ese ritual de tres días donde todos fingimos que el lunes no existe.

Info útil para no perderte (ni perder el bus)

Fechas: 10, 11 y 12 de julio

Pulseras: obligatorias, no se reparten en el recinto

Buses: lanzaderas gratuitas desde BEC! y San Mamés; buses de pago con reserva previa

Camping: abierto desde el 9 hasta el 13 de julio

Horario recinto: abre cada día a las 17h

Cashless: todo se paga con la pulsera

Subida a pie: 2,5 km con música y experiencia colectiva

No hay acceso con coche privado

BBK Live 2025, más allá del cartel

El cartel está bien. Pero lo que hace grande al BBK no es solo la música, sino la manera en la que una ciudad se convierte en festival. Desde las señales de tráfico hasta las stories de todo Bilbao, lo que se vive aquí es más que un evento: es una experiencia compartida que se prepara meses antes y se recuerda meses después.

Así que ya sabes: ponte la pulsera, coge el bus y sube con ganas. Nos vemos arriba (nosotros iremos andando).

Michaels Mads
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