¿Katy necesita a Madonna o Madonna a Katy?

Si fuerais de otro planeta, o digamos, que quizás estabais demasiado ocupados haciendo del mundo un lugar mejor podríamos entender que no hayáis visto la nueva portada de V Magazine con Katy Perry y Madonna de esta semana donde se ven a dos mujeres de 25 bastantes sexys, lo cual se vuelve bastante confuso cuando el concepto real son dos mujeres, una de 29 años y otra de 55 años, aparentando la misma edad en una fantasía sexual que nos hace plantearnos la pregunta de… ¿quién necesita más para poder ser más relevante?
Katy Perry – a pesar de compartir con Michael Jackson el récord de conseguir 5 números unos de un mismo album y ser la única mujer en haberlo conseguido – es, por así decirlo, una debutante en el mundo del pop. Particularmente cuando a su lado está Madonna, una veterana que ha conseguido que radicalmente se altere la forma en que se ve al sexo y la mujer unidos en la música pop. Es decir, para Katy ser fotografiada por una de las revistas de mayor prestigio del mundo de la moda por  alguien como Madge la convierten automáticamente en una estrella del pop/mujer/símbolo sexual de verdad. Por otro lado, Madona, a pesar de ya ser un icono que ha estado lanzando álbumes mediocres y sin aportar nada nuevo a la cultura del Pop, necesita ser fotografiada junto a una chica joven y sexy que en este caso es Katy Perry, para poder atraer algo de atención del público y llevar algo de crítica a sus oídos.
Podría ser que las dos mujeres se necesiten mutuamente pero Madona, a pesar de ser quien es, parece necesitar cada día mas este tipo de cosas para salir de la sombra del mundo contemporáneo de la que no consigue salir. 
Y es que desde 2003 todo han sido intentos desesperados por parte de la Reina del Pop por hacer un buen álbum y con Hung Up cuando descubrimos su obsesión por la juventud y es que últimamente, y juzguen ustedes, no podemos tomarla muy en serio cuando entra en juegos infantiles como sacar la lengua (símbolo y marca de Miley Cyrus).
Y volviendo a la sesión con la que abrimos, cuando una Reina del Pop pasa a ser a ser la sumisa de una cantante mucho más joven es que algo no va bien, su obsesión por querer aparentar se más joven ha debido convertirse ya en una enfermedad y es que no podemos culparla de querer evitar el crimen de la vejez.


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