¿Está el pop español en decadencia?

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Durante años, el pop español ha sido una fuente inagotable de creatividad, himnos generacionales y artistas capaces de emocionar y revolucionar al mismo tiempo. Pero hoy, si uno mira las listas de éxitos o escucha la radio, no puede evitar preguntarse: ¿se está apagando la chispa del pop nacional?

La industria parece obsesionada con fabricar hits rápidos, prefabricados y absolutamente intercambiables. Todo es correcto, todo suena bien, todo es agradable. ¿Pero dónde está la personalidad? ¿Dónde está ese descaro que tuvieron Mecano, La Oreja de Van Gogh o El Canto del Loco?

Los artistas que triunfan hoy

Los artistas pop actuales parecen sacar la misma canción una y otra vez, buscando el éxito inmediato y rápido y no la trascedencia o la relevancia. No aportan. Artistas como Aitana, Ana Mena o Álvaro de Luna triunfan y tienen éxito, arrasan en TikTok, llenan conciertos. Pero, sinceramente, ¿cuántas de sus canciones recordaremos dentro de diez años? ¿Cuánto aportan? No cabe duda de que divierten, entretienen, son bailables y cantables… Cumplen la función de canción. Pero… ¿Eso es todo?

Los grandes de antes tampoco han sabido adaptarse y seguir haciendo lo que tan bien se les daba: Estopa sigue girando con los mismos temas que cantamos en 2001, Alejandro Sanz sigue en las mismas e incluso Melendi, aunque años atrás dio un giro a un pop mucho más mainstream (que no le salió demasiado bien) ha acabado volviendo a cantar sus míticas canciones.

Las nuevas caras de la industria

Sin embargo, no todo está perdido. Hay excepciones. Gente como Natalia Lacunza, Sen Senra o Amaia están intentando empujar los límites del pop hacia terrenos más interesantes, fluyendo y fluctuando entre géneros y aumentando lo que consideramos «pop». Hablando desde el corazón, despertando mucha empatía y verdad y sumando nuevos sonidos y combinaciones, este tipo de artistas son un pequeño rayo de luz en el pop. Pero la industria, salvo raras ocasiones, los mantiene en un segundo plano, obsesionada con los algoritmos y los números fáciles.

Entonces… ¿Cuál es el problema en general? Que el pop español está demasiado cómodo. Prefiere gustar un poquito a todo el mundo antes que enamorar perdidamente a alguien. Han perdido la necesidad de jugársela, de ser incómodos o sorprender. Y sin riesgo, no hay gloria.

El futuro del pop nacional

Quizá, y muy probablemente, estemos simplemente en un momento de transición. Quizá una nueva generación esté ahora mismo cocinando en silencio los nuevos himnos que nos harán vibrar de verdad. Artistas emergentes y muy nuevos como Candela Gómez, Quinte, Carlota Mad, Lucas Colman o Samantha Palos tienen buenas papeletas.

Ojalá. Porque si no, el pop español corre el riesgo de convertirse en lo que nunca debería ser: música de fondo.

Xiana Fernández
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