Cuando el abuso solo importa si lo rapea un hombre

El beef entre Ayax y FERNANDOCOSTA se ha convertido en uno de los temas más comentados de la semana. En cuestión de días, los medios se han hecho eco de la noticia y las redes se han inundado de análisis destripando hasta la última barra de «TE AVISÉ». Mientras tanto, las voces que llevan años señalando y advirtiendo estos abusos observan cómo, una vez más, la atención se centra en una disputa de egos y no en las historias que deberían importar.

El impacto de «Te avisé»

En la cultura del rap, el beef suele entenderse como una “batalla”. Se valora la creatividad, la contundencia y la capacidad de exponer las vulnerabilidades del contrincante. Es un ejercicio artístico y simbólico. Sin embargo, cuando el contenido del enfrentamiento gira en torno a experiencias traumáticas y relaciones de poder, la música no debería de convertirse en escenario donde la violencia deje de ser un problema estructural para transformarse en un objeto de consumo.

En «Te avisé», Fernando señala a Ayax y relata dinámicas de control sobre parejas, manipulación emocional, infidelidades y hasta la insinuación de un supuesto pago para retirar una denuncia. Pero si Fernando conocía esta información o parte de ella, ¿por qué la convierte ahora en tema y no se posicionó públicamente cuando comenzaron a aparecer testimonios y relatos de mujeres a través de la cuenta creada por presuntas víctimas para denunciar abusos en el entorno de los hermanos hace más de un año? ¿Por qué la indignación aparece precisamente ahora? Especialmente cuando hacía apenas unos días, Ayax de nuevo negaba la existencia de víctimas, ridiculizaba a quienes denunciaban y tachaba de “mentirosas” a las mujeres que habían compartido sus experiencias.

En este tema, Fernando menciona únicamente a Ayax pese a que los testimonios también señalan a Prok en las acusaciones. El tema decide qué parte del dolor se convierte en argumento y qué parte se omite. No expone la historia. La instrumentaliza.

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La diferencia no está en los hechos sino en quién lo cuenta

¿Y quién queda al margen en esta polémica? Precisamente quienes han vivido la violencia en primera persona. Los testimonios de más de 60 mujeres utilizadas como munición en una batalla de egos donde el abuso se despoja de contexto. La violencia aparece como un trofeo narrativo y no como un daño que necesita justicia y reparación. Cuando una mujer denuncia violencia, su testimonio es puesto en duda y analizado con lupa. Pero cuando la violencia aparece en la voz de un hombre con notoriedad se convierte en contenido artístico de sinceridad brutal, destacando su valentía al exponerla.

La lucha real es la de quienes llevan años hablando sin ser escuchadas

Mientras el público debate sobre quién “gana” esta batalla olvida que en un abuso no hay nada que debatir. Este enfrentamiento nos demuestra qué tipo de violencia genera atención, cómo se representa y quién tiene legitimidad para narrarla. La violencia y el abuso se convierte en noticia no por su contexto sino porque dos hombres con relevancia pública la integran en un relato que genera rentabilidad. La pregunta no es quién ha ganado este beef. Sino por qué necesitamos que un hombre lo rapee para empezar a hablar de lo que muchas llevan años diciendo.

Cabe recordar que los recursos para quienes viven violencia machista existen y están disponibles. Ante una emergencia, el teléfono 112 funciona las 24 horas. Para recibir información, asesoramiento jurídico o apoyo psicológico inmediato está el 016 así como su servicio por WhatsApp (600 000 016). Si decides interponer una denuncia formal, puedes acudir a la Guardia Civil, Policía Nacional o a los Juzgados de Violencia sobre la Mujer.

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Aina Martín Merino

Escribo para conectar con aquello que me rodea. Con lo que arriesga, lo que no busca agradar y lo que rompe. La música y el arte son parte de mi y de mi forma de entender el mundo y lo escribo sin filtros.

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